Coincido en parte con el Negro Dolina. Uno cuando juega al fútbol siente de todo menos diversión. Es un tipo de placer inexplicable, como el sexo. Uno no se "divierte" en el más puro sentido de la palabra, sino que siente un placer, una excitación atrayente, que nos cautiva. Sin embargo, el fútbol no puede ser definido por una sola palabra, ya que dentro de un partido corren por nuestros torrentes de sangre miles de sensaciones; a saber: dolor, angustia, incertidumbre, presión, satisfacción, placer, y, por supuesto, diversión (ver tirar una rabona, un gol de chilena, un caño con pisada, eso divierte y llena los ojos aunque sea por un instante).
"Venimos a divertirnos" Frase que le sueltan a uno cada vez que se pone un
poco nervioso.
Y aquí nos hallamos ante un punto fundamental.
"¿Venimos a divertirnos o a hacernos mala sangre?" me preguntan a veces
cuando me enojo. Y yo contesto: "A hacernos mala sangre".
Sí señor, yo no vengo a divertirme. Para eso está el ludo, el desconfío o el
pinchanúmeros, pero nunca el fútbol.
Yo quiero sufrir ante el resultado incierto. Padecer la angustia del dominio
rival. Sentir miedo ante los golpes y aguantármelo. Quiero imaginar que cada
partido es terrible y decisivo. Sé que deberé poner inteligencia y fortaleza.
Que hay compañeros que necesitan socorro y adversarios dispuestos a todo. Esta
realidad me excita, me entusiasma, me indigna y me enfervoriza, pero no me
divierte.
Y quienes van a la cancha a divertirse han equivocado el lugar.
(Por Alejandro Dolina)
Coincido en parte con el Negro Dolina. Uno cuando juega al fútbol siente de todo menos diversión. Es un tipo de placer inexplicable, como el sexo. Uno no se "divierte" en el más puro sentido de la palabra, sino que siente un placer, una excitación atrayente, que nos cautiva. Sin embargo, el fútbol no puede ser definido por una sola palabra, ya que dentro de un partido corren por nuestros torrentes de sangre miles de sensaciones; a saber: dolor, angustia, incertidumbre, presión, satisfacción, placer, y, por supuesto, diversión (ver tirar una rabona, un gol de chilena, un caño con pisada, eso divierte y llena los ojos aunque sea por un instante).
ResponderEliminarUn abrazo